No podía creer lo que acababa de suceder. No podía
creer que había tenido el coraje suficiente para enfrentarse a quien amaba más
que nada en todo el mundo. Hilary sentía una presión muy fuerte en el pecho, le
faltaba el aire y sentía que se iba a ahogar en sus propias lágrimas. Era tan
doloroso dejar ir a quien más quería porque no había sido capaz de respetarla.
Era tan doloroso tener que poner el amor propio ante Jared Leto.
Avie la tomó de un brazo y logró que se sentara en
la silla junto a la cama. Y luego esperó, junto con Avril, a que su amiga
cesara de llorar. Jamás desde que se conocían la había visto llorar de esa
forma, tan desconsolada. ¿Por qué no estaba Alice ahí? Ella sabía manejar esas
situaciones mejor que nadie. Detestaba que alguien se pusiera a llorar en su
presencia, nunca sabía qué podía hacer para consolarla.
Para sorpresa de la chica, es Avril quien se acerca
y rodea con sus brazos a Hilary, quien le devuelve el abrazo y se aferra a la
canadiense. La cantante mira a su novia, y sonríe al ver su cara de
consternación. Sólo cuando los espasmos causados por el llanto hubieron pasado,
Hilary se soltó de Avril.
- Gracias…-murmuró ella, secándose las lágrimas con
el dorso de la mano.
Antes de comenzar a preguntarle por el motivo de su
tristeza, Avie le acerca a su amiga una caja con pañuelos descartables. Hil
tomó uno y estaba limpiándose la nariz cuando Alice entra de repente en el
cuarto, dejando entrever una sonrisa de felicidad, que se le borró al instante
de ver a Hilary destrozada.
- ¿Qué pasó?- pregunta asustada, acercándose
rápidamente a su lado y tomándole la cara entre las manos.
- Sentate que estaba a punto de comenzar a contar
eso- le dice, tratando de parecer molesta por la actitud protectora de la
chica.
Cuando finalizó el detallado relato de lo sucedido,
Hilary les pregunta a las otras tres muchachas:
- ¿Qué se supone que deba hacer ahora?
Las tres se miraron un instante, consternadas.
¿Desde cuándo la diva de Hilary pedía ese tipo de consejos a sus amigas?
Realmente había quedado destruida. Al
menos sabe cuándo pedir ayuda, pensó Alice.
- Bueno…-carraspeó Avril, algo incómoda- Si querés,
podrías pasar algunos días con nosotras en Canadá.
- No, no. Gracias…- respondió desanimada Hil- Creo
que lo mejor sería irme a Barcelona con Al y el resto- determinó la chica.
- ¿Con ustedes?- preguntó Alice alzando una ceja-
¿Las dos se van a Canadá?
La cantante y Avie se miraron de forma cómplice
antes de comenzar a relatarles la decisión de ambas.
Poco más que media hora habían pasado hablando las
cuatro chicas cuando alguien golpeó la puerta. Antes de esperar respuesta,
Frank abrió la puerta y asomó la cabeza.
- ¿Qué tal, señoritas?- saludó con una sonrisa
esplendorosa- ¿Interrumpo algo?
- No, ya terminamos- le responde Avie-. Pasá.
Él cerró la puerta tras de sí. A simple vista se
podía notar que estaba algo nervioso, puesto que tenía las manos metidas dentro
de los bolsillos del pantalón y se mordisqueaba los labios. No sería necesario
decir que para Hilary, Frank lucía tremendamente adorable estando así de
ansioso.
- ¿Ya nos tenemos que ir?- preguntó Al, levantándose
rápido de su asiento.
- Más o menos sí- le respondió el chico-. Mike ya
llamó a un taxi para que nos venga a buscar.
- Bueno, entonces mejor vamos despidiéndonos- y
acercándose a él, le susurró-. Quedate tranquio. Viene con nosotros.
Frank soltó un suspiro que parecía haber estado
conteniendo todo ese rato, y al instante una sonrisa se dibujó en sus labios.
Sin decir nada más, se retiró del cuarto.
En ese momento, Hil y Alice se despiden de las otras
dos chicas, a quienes no verían después de mucho tiempo. Hubieron algunas
lágrimas de por medio, sobre todo de Alice, pero en general las cuatro estaban
felices porque iban a continuar con sus caminos. Prometiendo volver a
encontrarse cuando el destino lo quisiera, las dos que partían a Barcelona
salen de la habitación.
- ¿Listas?- pregunta Mikey a las chicas antes de
subirse al taxi.
- No- responde cortante Hilary, que desde hacía unos
minutos parecía perdida en sus pensamientos.
- ¿No?- pregunta extrañada Alice- ¿Qué te olvidaste?
- Nada, pero tengo que llamar a alguien antes…- y
mirando a Frank, pregunta- ¿No me prestarías tu teléfono, enano?
- Sí, claro…- y con cara de no entender, le tiende
el teléfono a la chica.
Hilary se aleja un poco del grupo y marca el número
de Jared. Rogaba que tuviera señal en donde fuera que estuviera el cantante.
Pulsa la pantalla y espera. Uno, dos, tres tonos de llamada suenan antes de que
Jay contestara la llamada.
- ¿Iero?- pregunta con un tono entre extrañado y
enfadado.
- No, soy yo…- le dice la chica con un nudo en la
garganta, que trata de deshacer tosiendo por lo bajo- Quería decirte algo.
- Te escucho- le responde en un tono más amable,
pero aún con un deje de enfado.
- Me voy a Barcelona, con Alice y el resto…- dice
Hil tratando de parecer lo más decidida posible.
- Genial- responde al instante Jared-. Yo me estoy
por subir al avión, así que tengo que cortar. Adiós- y sin siquiera esperar
respuesta de la chica, corta la llamada.
Hilary queda unos segundos mirando la pantalla del
celular, consternada. ¿Cómo alguien podía llegar a ser tan orgulloso? Ella
igual estaba comenzando a enojarse. Pero claro que no podía dar señas de eso,
puesto que fue su decisión irse a Barcelona y dejar que Jared volviera solo a
Inglaterra. Tratando de parecer lo más calma posible, volvió con el grupo que
ya la estaba esperando en el taxi.
- ¿Todo en orden?- pregunta Mike cuando la chica se
sube atrás, junto a Alice.
- Sí, está todo bien- y le tiende el teléfono a
Frank-. Muchas gracias.
- No hay de qué, preciosa- y el guitarrista le guiña
un ojo.
- Bueno, entonces… ¡Vamos!- dice el taxista.