viernes, 6 de marzo de 2015

Capítulo 89


No podía creer lo que acababa de suceder. No podía creer que había tenido el coraje suficiente para enfrentarse a quien amaba más que nada en todo el mundo. Hilary sentía una presión muy fuerte en el pecho, le faltaba el aire y sentía que se iba a ahogar en sus propias lágrimas. Era tan doloroso dejar ir a quien más quería porque no había sido capaz de respetarla. Era tan doloroso tener que poner el amor propio ante Jared Leto.
Avie la tomó de un brazo y logró que se sentara en la silla junto a la cama. Y luego esperó, junto con Avril, a que su amiga cesara de llorar. Jamás desde que se conocían la había visto llorar de esa forma, tan desconsolada. ¿Por qué no estaba Alice ahí? Ella sabía manejar esas situaciones mejor que nadie. Detestaba que alguien se pusiera a llorar en su presencia, nunca sabía qué podía hacer para consolarla.
Para sorpresa de la chica, es Avril quien se acerca y rodea con sus brazos a Hilary, quien le devuelve el abrazo y se aferra a la canadiense. La cantante mira a su novia, y sonríe al ver su cara de consternación. Sólo cuando los espasmos causados por el llanto hubieron pasado, Hilary se soltó de Avril.
- Gracias…-murmuró ella, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.
Antes de comenzar a preguntarle por el motivo de su tristeza, Avie le acerca a su amiga una caja con pañuelos descartables. Hil tomó uno y estaba limpiándose la nariz cuando Alice entra de repente en el cuarto, dejando entrever una sonrisa de felicidad, que se le borró al instante de ver a Hilary destrozada.
- ¿Qué pasó?- pregunta asustada, acercándose rápidamente a su lado y tomándole la cara entre las manos.
- Sentate que estaba a punto de comenzar a contar eso- le dice, tratando de parecer molesta por la actitud protectora de la chica.

Cuando finalizó el detallado relato de lo sucedido, Hilary les pregunta a las otras tres muchachas:
- ¿Qué se supone que deba hacer ahora?
Las tres se miraron un instante, consternadas. ¿Desde cuándo la diva de Hilary pedía ese tipo de consejos a sus amigas? Realmente había quedado destruida. Al menos sabe cuándo pedir ayuda, pensó Alice.
- Bueno…-carraspeó Avril, algo incómoda- Si querés, podrías pasar algunos días con nosotras en Canadá.
- No, no. Gracias…- respondió desanimada Hil- Creo que lo mejor sería irme a Barcelona con Al y el resto- determinó la chica.
- ¿Con ustedes?- preguntó Alice alzando una ceja- ¿Las dos se van a Canadá?
La cantante y Avie se miraron de forma cómplice antes de comenzar a relatarles la decisión de ambas.

Poco más que media hora habían pasado hablando las cuatro chicas cuando alguien golpeó la puerta. Antes de esperar respuesta, Frank abrió la puerta y asomó la cabeza.
- ¿Qué tal, señoritas?- saludó con una sonrisa esplendorosa- ¿Interrumpo algo?
- No, ya terminamos- le responde Avie-. Pasá.
Él cerró la puerta tras de sí. A simple vista se podía notar que estaba algo nervioso, puesto que tenía las manos metidas dentro de los bolsillos del pantalón y se mordisqueaba los labios. No sería necesario decir que para Hilary, Frank lucía tremendamente adorable estando así de ansioso.
- ¿Ya nos tenemos que ir?- preguntó Al, levantándose rápido de su asiento.
- Más o menos sí- le respondió el chico-. Mike ya llamó a un taxi para que nos venga a buscar.
- Bueno, entonces mejor vamos despidiéndonos- y acercándose a él, le susurró-. Quedate tranquio. Viene con nosotros.
Frank soltó un suspiro que parecía haber estado conteniendo todo ese rato, y al instante una sonrisa se dibujó en sus labios. Sin decir nada más, se retiró del cuarto.
En ese momento, Hil y Alice se despiden de las otras dos chicas, a quienes no verían después de mucho tiempo. Hubieron algunas lágrimas de por medio, sobre todo de Alice, pero en general las cuatro estaban felices porque iban a continuar con sus caminos. Prometiendo volver a encontrarse cuando el destino lo quisiera, las dos que partían a Barcelona salen de la habitación.

- ¿Listas?- pregunta Mikey a las chicas antes de subirse al taxi.
- No- responde cortante Hilary, que desde hacía unos minutos parecía perdida en sus pensamientos.
- ¿No?- pregunta extrañada Alice- ¿Qué te olvidaste?
- Nada, pero tengo que llamar a alguien antes…- y mirando a Frank, pregunta- ¿No me prestarías tu teléfono, enano?
- Sí, claro…- y con cara de no entender, le tiende el teléfono a la chica.
Hilary se aleja un poco del grupo y marca el número de Jared. Rogaba que tuviera señal en donde fuera que estuviera el cantante. Pulsa la pantalla y espera. Uno, dos, tres tonos de llamada suenan antes de que Jay contestara la llamada.
- ¿Iero?- pregunta con un tono entre extrañado y enfadado.
- No, soy yo…- le dice la chica con un nudo en la garganta, que trata de deshacer tosiendo por lo bajo- Quería decirte algo.
- Te escucho- le responde en un tono más amable, pero aún con un deje de enfado.
- Me voy a Barcelona, con Alice y el resto…- dice Hil tratando de parecer lo más decidida posible.
- Genial- responde al instante Jared-. Yo me estoy por subir al avión, así que tengo que cortar. Adiós- y sin siquiera esperar respuesta de la chica, corta la llamada.
Hilary queda unos segundos mirando la pantalla del celular, consternada. ¿Cómo alguien podía llegar a ser tan orgulloso? Ella igual estaba comenzando a enojarse. Pero claro que no podía dar señas de eso, puesto que fue su decisión irse a Barcelona y dejar que Jared volviera solo a Inglaterra. Tratando de parecer lo más calma posible, volvió con el grupo que ya la estaba esperando en el taxi.
- ¿Todo en orden?- pregunta Mike cuando la chica se sube atrás, junto a Alice.
- Sí, está todo bien- y le tiende el teléfono a Frank-. Muchas gracias.
- No hay de qué, preciosa- y el guitarrista le guiña un ojo.
- Bueno, entonces… ¡Vamos!- dice el taxista.