Al bajar en el aeropuerto de Barcelona, el grupo se
dirigió inmediatamente a la búsqueda de un taxi. Los músicos rogaban por no
encontrarse con ningún fan, o algún paparazzi al acecho.
Hilary y Alice iban detrás de los chicos, aún un
poco adormiladas por el vuelo, cuando ven que un hombre encapuchado camina
rápidamente hacia donde ellas estaban. Instintivamente, Al toma del brazo a su
amiga y la arrima junto a ella. Entonces Hil también ve al hombre encubierto y
comienza a caminar más rápido para alcanzar a sus amigos.
- Hey…- llama el hombre por lo bajo- Soy yo, no se
asusten.
Y cuando las dos chicas se dan la vuelta para ver el
rostro del desconocido, quedaron aún más sorprendidas que antes: el mismísimo
Gerard Way en persona había ido a buscarlos al aeropuerto. Ni que hablar del
asombro de Alice al verlo parado detrás de ellas, usando un gorro negro, lentes
de sol y un sobretodo gris oscuro.
- Gerard…- exclama Alice, aún sin salir de su
asombro- Hola.
- Hola- responde él, quien parecía estar en un
estado de confusión similar al de la chica.
Hilary, al ver que su amiga y el cantante parecían
estar en un estado de transe demasiado dramático, eleva sus ojos al techo. ¿No
que esas escenas ocurrían sólo en las películas?
- Mikey, Frank- los llama Hil por lo bajo-. Vengan.
Los dos muchachos se dan vuelta, y al reconocer
quién estaba con las chicas, una sonrisa se forma en sus rostros al instante.
- ¿Qué hacés así vestido?- le pregunta riendo Frank
a Gerard, mientras lo abrazaba de forma cariñosa.
- Sólo despistando a unos paparazzis que me
siguieron hasta acá- y viendo el atuendo de su hermano y de su amigo, agregó:-.
Cosa que ustedes deberían hacer igual.
Una vez instalados en el hotel donde se estaba
alojando la banda, los chicos dejan a las dos amigas solas en su cuarto y salen
a recorrer la zona, y a interactuar un poco con los fans que los esperaban
afuera para no levantar sospechas. Hilary les había dicho que estaba muy
cansada siquiera para salir a comer, y Al no quiso dejar a su amiga sola.
Hil se había acostado en su cama a mirar tele
mientras que Alice se daba una ducha. ¡Al
fin canales en español!, pensó la primera cuando comenzó a hacer zapping.
- Ya está disponible el baño- le avisa Alice, quien
salía envuelta en una toalla blanca y con el pelo aún húmedo.
- En un rato me baño yo igual…- y sin despegar los
ojos de la pantalla, le pregunta a su amiga- ¿Qué pasó en el aeropuerto con
Gerard?
- ¿Hum?- pregunta distraída Al mientras buscaba en
su valija qué ponerse.
- Eso. En el aeropuerto. Cuando se quedaron mirando
como dos idiotas- le explica, perdiendo un poco la paciencia.
- No sé, ¿por qué?- pregunta asomando la cabeza por
encima de la valija- ¿Qué pasó?
- ¡Decime vos!- le grita exasperada Hilary- Se
quedaron mirando como si hubiese sido la primera vez que se veían. Fue
demasiado… Cursi.
- Puede ser…- le dice Alice, quien estaba
desparramando todas sus medias sobre la cama- Pero no sé. Fue algo parecido a
lo que dijiste. Pero yo diría más bien que fue un reencuentro inesperado.
Simultáneamente, algo parecido estaba ocurriendo con
los hermanos Way. Si bien había salido la banda entera a pasear, ahora Mikey y
Gerard se encontraban sentados en un café, apartados de los otros tres. El
mayor de los Way tenía un semblante serio que ponía un poco nervioso a su
hermano menor.
- ¿Por qué me pediste que nos sentáramos acá?- le
pregunta Mike antes de darle un sorbo a su café.
- Quiero que me digas qué pasó entre Alice y vos
todo este tiempo que yo no estuve- le dijo directo Gerard, sin siquiera parpadear.
- ¿Qué?- pregunta el bajista tratando de no
atragantarse- ¿Qué pensás que pudo haber pasado? Nada. No pasó nada. Somos
amigos y nada más. Quedate tranquilo.
- ¿Y qué pasó con ese Brendon Urie?- preguntó
arqueando una ceja- ¿Se vieron allá?
- No- respondió Mikey, frunciendo el ceño-. Y no la
estuve interrogando respecto al tema.
- Bueno, no te enojes- le dice Gerard, tratando de
calmarlo. Sin saber qué hacer o decir, comenzó a mirar el local y siguió
tomando su café, como si nada hubiera pasado.
- ¿Y a vos por qué te interesa tanto?- le preguntó
Mikey al fin.
- Por curiosidad, sólo eso- le respondió quedamente
el cantante.
- No es cierto. Sos mi hermano, te conozco. Y sé
cuándo te obsesionás con algo… O alguien- y haciendo una pausa para mirarlo a
los ojos, agrega- ¿Qué sentís por ella?
- No tengo idea- le responde, sonando más franco de
lo que quería-. Creo que por eso pregunto tanto.
Al día siguiente, las chicas bajaron a desayunar, y
Frank, Mikey y Bob las acompañaron. Gerard y Ray estaban terminando de arreglar
algunos asuntos respecto a los conciertos que iban a dar esa semana.
- ¿Cómo dormiste, princesa?- le pregunta por lo bajo
Frank a Hilary, quien estaba sentada junto a él.
- Bien, supongo- le responde ella sin darle mucha
importancia. Sus pensamientos seguían siendo un torbellino, el mismo que la
atormentó cuando cortó la llamada con Jared el día anterior.
- ¿Qué pasa?- preguntó el guitarrista preocupado.
- Nada, sólo estoy cansada de viajar tanto- le
mintió la chica, y para que fuera más creíble aquello lo sonrió levemente.
- Bueno…- y con una sonrisa de costado, le susurró-
Si querés podés venir a mi cuarto antes del almuerzo y yo te recompongo.
- ¡Frank!- rió Hil, tratando de no tirar su tostada.
Todos en la mesa se dieron vuelta a verlos, divertidos.
En la otra punta de la mesa, Alice y Bob estaban muy
entretenidos hablando de todo lo que había pasado mientras ellas estaban en el
hospital. No habían sido muchos sucesos importantes, pero de todas formas ella
quería saber. Muy en el fondo, Al sabía que quería conocer cada detalle de la
vida de Gerard. ¿Qué le pasaba?
- Y eso fue todo- concluye el rubio-. Supongo que
ustedes no hicieron más que nosotros.
- No, es cierto…- y frunciendo el ceño, le dice-
Pero hoy podríamos hacer algo, si es que el mandón de Gee los deja.
- ¿Algo como qué?- se suma Mikey a la charla.
- Tengo ganas de salir a un pub o algo, y supongo
que los de acá deben ser magníficos- le responde Alice con cara soñadora.
- Cuando querés sos una borracha cualquiera, Al- le
dice Mikey riendo ante la expresión de la chica.
- ¡Hey!- exclama ella, y le tira su servilleta.
Pasados unos pocos minutos, y habiendo terminado el
desayuno, todos acordaron que a las once de la noche salían del hotel en busca
de un poco de diversión. Entonces cada uno se levanta para seguir con sus
asuntos. Alice se va con Mikey con la excusa de que en su cuarto se aburría
demasiado y quería ayudarlos en cualquier cosa que necesitaran.
Por su parte, Hilary estaba por subir en ascensor
hasta su cuarto cuando una mano hace que se vuelvan a abrir las puertas de
éste. Irritada, asoma su cabeza por el espacio entre las puertas, y lo ve a
Frank muy sonriente del otro lado.
- ¿Qué pasa?- le pregunta ella una vez que el
guitarrista hubo subido al ascensor.
- Nada, sólo quería darte algo- le dice con una
sonrisa que hubiese derretido el Polo Norte.
- ¿Qué cosa?- responde Hil, tratando de mantener la
cordura.
- Esto- y antes de que la chica reaccionara, Frank
ya la tenía contra una de las paredes del ascensor y la besaba con locura.
Así siguieron hasta entrar en la habitación de la
chica. Ambos, como era de esperarse, terminaron en la cama de Hilary, enredando
todas las mantas y sábanas. Al fin podían estar solos sin nadie que los
interrumpiera, y sin miedo a contraer alguna enfermedad intrahospitalaria.
Cuando la acción hubo terminado, Frank los tapó con
una de las sábanas y abrazó a Hil, quien no opuso resistencia alguna. Ella
colocó su cabeza cerca del cuello del chico, y… ¡Dios!, pensó Hil. Su perfume
me vuelve loca.
- Hilary…-murmuró Frank en voz baja, mientras le
acariciaba el pelo delicadamente.
- ¿Sí?- preguntó ella, quien estaba entrando en un
leve pero tranquilo sueño.
- ¿Por qué lo llamaste a Jared?
La chica abrió los ojos como platos, e hizo su mayor
esfuerzo por no saltar de la cama. ¿Cómo se había enterado de eso? No borró la
llamada. Eso era. No había borrado la maldita llamada antes de devolverle el
celular. ¡Pero qué idiota había sido! ¿Pero por qué se preocupaba tanto ella?
No había hecho nada malo según su criterio.
- Y… ¿Eso te molestó?- preguntó Hilary, a media voz.
- Yo pregunté primero, linda- le dice Frank, a quien
tenía a la misma altura ahora. Estaba muy serio, pero no parecía molesto.
- Lo llamé para avisarle que me iba con ustedes…
Para despedirme. Sólo eso- dijo ella, sonando lo más relajada que pudo. Pero
por algún motivo sabía que era probable que la hubiera cagado.
- Ah…- murmuró el chico, quien volvió a acariciarle
el pelo, distraído.
- No tenés nada de qué preocuparte, Frank- le dijo
Hil mientras lo volvía a abrazar-. Estoy acá con vos, no con él. Te elegí a
vos.